Carrera por relevos. Si nos fijásemos en alguna de las pruebas olímpicas por equipos que se pudiese asemejar al camino que recorre un club de fútbol temporada tras temporada, bien podría ser el atletismo en su modalidad de carrera por relevos. Tratando de registrar el mejor tiempo, cada uno de los atletas realiza su recorrido y le cede el testigo a su compañero de batallas para que continúe hacia el objetivo final, siendo diferentes corredores el que inicia la prueba del que la termina.
En el Real Madrid, la historia se acomoda a la definición. Un grupo de jugadoras inició un camino hace tres años escribiendo el primer capítulo del libro blanco que aseguró su debut en la máxima competición europea. Un año después, cogería su testigo la segunda plantilla del cuadro merengue, llegando a alcanzar los cuartos de final de la Champions League. Y de nuevo, prometieron su vuelta al campeonato por segunda vez consecutiva.
Colocándonos en el momento cero de nuestra línea temporal — la actualidad — en el partido que enfrentaba en la noche madrileña a las de Alberto Toril contra todo un Paris Saint -Germain, el reto consistía en buscar los segundos 3 puntos que sumar a su casillero clasificatorio. Y si el cartel prometía, el espectáculo no decepcionó. Al choque no le faltó ritmo ni emoción. Desde las gradas animaba la afición blanca sin descanso siendo ese jugador número 12 al que tanto se necesita en este tipo de partidos. Un continuo asalto de merengues y parisinas que no hizo más que dar muestra de la calidad futbolística que regala Valdebebas. Dos equipos bien posicionados, con las marcas estudiadas y siendo conocedores de las fortalezas y debilidades de su rival. Con varias llegadas a meta contraria y disparos desde la frontal del área, intentaron las blancas abrir un complicado marcador ante la defensa a ultranza del combinado dirigido por Gérard Prêcheur. Y si a menudo el papel más destacado es el de las delanteras, la noche de Champions resaltaría la unión de equipo; siendo cada una de las 11 que se encontraban sobre el terreno de juego solidarias en las las ayudas y presionando en las recuperaciones. El PSG amenazó por bandas generando peligro en las carreras al espacio donde pudieron encontrar huecos por los que colgar balones al corazón del área — sin la recompensa del gol —.

Tras el paso por los vestuarios, se pudo ver a un Real Madrid dominador que supo imprimir su juego sobre el césped y marcar el nivel de competición. La solidez defensiva fue su gran arma para asegurar, como mínimo, un empate que salvase la segunda ronda. La bala en la recámara que quizá no se esperaban las parisinas: el aumento del nivel físico que hizo acabar al cuadro merengue con notable superioridad. Esther González tuvo su oportunidad en un disparo tenso que se estrelló en la madera. A su ocasión, se uniría el remate de Claudia Zornoza que se marchaba desviado en una clara situación de gol, y algún que otro rechace que pelearon Athenea del Castillo y Weir sin fortuna para sus intereses. La guardameta canaria, Misa, jugó también su papel siendo un muro entre los tres palos que defiende, sacando estiradas de mérito con las que dejaba su portería a cero.
Finalizó el encuentro con el empate a cero, dejando al Real Madrid como primero de grupo gracias a la victoria de la primera ronda que les otorgaba los 3 puntos. En su próximo partido de Champions, se medirán al Chelsea el día 23 de noviembre a las 21:00h desde el Kingsmeadow Stadium (Inglaterra).
Ficha técnica:
Real Madrid: Misa, K. Robles, Rocío, Toletti (M. Oroz, 76’), Olga (Teresa, 90+3), Esther, Weir, Kathellen, Zornoza, Athenea (Svava, 76’) y Freja Siri.
Entrenador: Alberto Toril.
PSG: Bouhaddi, De Almeida, Jean-François (Hamraoui, 76’), Karchaoui, Geyoro, Bachmann, Diani, Lawrence, Ilestedt, Martens y Groenen (Baltimore, 69’).
Entrenador: Gérard Prêcheur.
UEFA Women’s Champions League 2022/2023. Group stage. 26 de octubre de 2022, 18:45 h. Estadio Alfredo Di Stéfano (Madrid).
Fotografías: Real Madrid CF y UWCL.